top of page

¿Sabías qué...? Won-Hyo

  • taekwondottl
  • 1 jun 2018
  • 3 Min. de lectura

Hoy venímos a hablaros de Won-Hyo, o Wonhyo Daisa, quien nació en Amnyang, Corea, en el 617 y falleció en Gyeongsan, Corea, el 28 de abril de 686.

Como bien sabéis es la 4º forma en Taekwon-Do, que corresponde al cinturón verde, y particularmente interesante por ser la primera forma en la que aparece yop chagui, o patada de costado. Sin embargo, aquí hablaremos de su figura histórica.

Won-Hyo se considera uno de los personajes históricos más influyentes de su tiempo, pensador budista con más de 90 obras publicadas en vida, y muchas otras traducciones de textos budistas. Si bien su prolífica obra es desconocida en occidente, su pensamiento se extendió rapidamente por Corea, China y Japón. De hecho, su obra "El despetar de la Fé" es una de las obras más estudiadas en oriente por la tradición Mahâyâna. Sin embargo, no podemos incluír a Won-Hyo en ninguna tradición budista particular, dado que estudió todas las vertientes que confluían por Corea en aquel entonces, llegando a sintetizarlas en lo que sería su propia visión filosófica del mundo. Algo curioso en su forma de enseñanza es que predicaba danzando y tocando música en las calles, incluso con instrumentos de su propia creación.

Existe una interesante historia en torno a Won-Hyo y de como alcanzo la iluminación. Cuenta la leyenda que Won-Hyo y otro compañero viajaban a China para aprender de un gran maestro budista cuando, de pronto, una gran tormenta les obligo a refugiarse en un santuario. Cansados, decidieron reposar, y en la oscuridad Won-Hyo palpo con sus manos un cuenco con agua fresca del que bebió sediento. A la mañana siguiente, al despuntar el alba y con los primeros rayos de sol, Won-Hyo se dio cuenta de que aquello que en la oscuridad de la tormenta creyo un santuario no era sino una tumba, y que el cuenco del que bebió resulto ser una calavera llena de gusanos y agua en descomposición. Won-Hyo no pudo mas que vomitar ante semejante repulsión. Won-Hyo, sorprendido por el engaño de su propia mente, llego a una conclusión: En la realidad el había percibido dos cosas distintas, una le trajo la alegría y la otra el disgusto, aun siendo lo mismo en esencia. La diferencia se encontraba en su percepción del mundo, en como en su mente la misma cosa podía ser buena y mala. Llego a la conclusión de que el bien y el mal sólo podían ser un fruto de nuestra mente y que las cosas por si mismas no podían ser ni una ni otra cosa. Ante este descubrimiento decidió regresar a Corea para así enseñarselo a sus compatriotas.

En resumen, Won-Hyo enseña que el mundo que nos rodea es interpretado por nuestras sensaciones y creencias, y que sólo cuando conseguimos ver el mundo sin esa influencia podremos saber realmente cómo es, y que en él todo es uno y que las personas y los objetos son iguales entre sí. Algo muy interesante de su pensamiento es afirmar que la iluminación, como otros budistas creen, es algo que no está más allá del mundo terrenal. Para Won-Hyo la iluminación se puede alcanzar, y se debe, en el mundo terrenal, entendiendo que si todo es uno todos somos uno, y que la finalidad última del budismo es de rescatar a todos los seres sintientes del sufrimiento.

En las imagenes podreis ver una foto del templo Silleuksa, que se cree que fue fundado por él. En Bunhwangsa también hay un centro de investigación dedicado a Won-Hyo, dado que allí escribió gran número de sus obras.


 
 
 

Comentários


Featured Posts
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Recent Posts
Etiquetas
bottom of page